domingo, 20 de noviembre de 2011

Pastor

Juan

Si Juan acecha
acecha las amapolas vírgenes
si las toca y las retoca y las huele
si conspira gris contra su querida primavera
si habla solo sin abrir la boca
quizás es porque comenta su vida en siglas
porque fue impedido de ser la vacuna
qué se yo...

Dicen que durmió en su pesebre
en la cama de su padre, el anacoreta
que se voló la cabeza con una melodía...

¿Y si Juan muerde las flores con alevosía?
¿Y si tiñe su garganta con corolas y pistilos?
Como con una bala en la frente

Si Juan acecha las amapolas...
¡Ay! si Juan acecha las amapolas...
...que Dios nos salve.

Fotografía

Anochecía. La calle se entendía en sus dos vías de tal manera que parecía, casi, bella. El paisaje de fondo era acompañado con el clamor de varias voces que resonaban a lo lejos en los rincones céntricos de la ciudad, inspirando en los corazones la agitación de este particular momento sacro. Varias mentes se unieron ese día: se colmaron los ojos con lágrimas y se entregaron a la veleidad clásica y característica, aunque placentera e inexplicable, de los tumultos. Una vista desde arriba, muestra a un hombre ausente en la muchedumbre, claramente más firme y pusilánime que el resto.

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