jueves, 24 de noviembre de 2011

Comadre

para Francisca Hume Méndez

Comadre, querida, es, por decir lo menos, curioso revisar el almanaque de aquellos pocos recuerdos que conservo de ti con sumo aprecio, pues es inevitable que con ellos venga la inevitable sensación de querer tenerte cerca sólo por un segundo. Ningún análisis ni ninguna indiferencia me han apartado de ti, y eso es sólo porque en lo más profundo de mi, albergo un sueño que empieza con su persona. Esto ya no es una tortura y tampoco es gratis, pero de ninguna manera es inútil y sólo una forma de compadecer ante el espejo de manera masoquista. Pese a todo, pese a todo, casi ningún resentimiento me embarga cuando por instantes me domina una imagen suya. Quizás ocurrió tal como lo planeaste, quizás no, la verdad es que poco me importa ya, puesto que, he decidido al fin, que hay cosas que prefiero mejor no saber. No olvides que te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario